Sábado, 11 septiembre 2004
El tribunal de Cluj autorizó a los vecinos de Attila Varga, el orgulloso amo de Sumo, que pesa 60 kilos, "a hacer evacuar el perro", pero los dos se marcharon pacíficamente "sin oponer resistencia" del apartamento en el que vivían, declaró a la AFP un responsable judicial que asistió a la operación de desalojo, Marius Stolneanu. "Sumo tiene dos años y medio y ganó varios concursos. Compartimos la misma cama y me acostumbré tanto que ni siquiera lo oigo", dijo Varga, advirtiendo que recurrirá la sentencia. Los vecinos no dieron su brazo a torcer. "Cuando ronca, los muros empiezan a vibrar y la alarma de mi apartamento se pone inmediatamente en marcha", afirmó uno de ellos, Iuliu Popa. Según un responsable de la Agencia local para la protección del medio ambiente, varios expertos midieron el ruido y comprobaron que "superaba en 10 decibelios el máximo permitido".
El tribunal de Cluj autorizó a los vecinos de Attila Varga, el orgulloso amo de Sumo, que pesa 60 kilos, "a hacer evacuar el perro", pero los dos se marcharon pacíficamente "sin oponer resistencia" del apartamento en el que vivían, declaró a la AFP un responsable judicial que asistió a la operación de desalojo, Marius Stolneanu. "Sumo tiene dos años y medio y ganó varios concursos. Compartimos la misma cama y me acostumbré tanto que ni siquiera lo oigo", dijo Varga, advirtiendo que recurrirá la sentencia. Los vecinos no dieron su brazo a torcer. "Cuando ronca, los muros empiezan a vibrar y la alarma de mi apartamento se pone inmediatamente en marcha", afirmó uno de ellos, Iuliu Popa. Según un responsable de la Agencia local para la protección del medio ambiente, varios expertos midieron el ruido y comprobaron que "superaba en 10 decibelios el máximo permitido".
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