Y si te prometo que voy a dejar de fumar, que me voy a inscribir en un gimnasio, que voy a botar la camisa azul que tanto odias, que me cortaré el cabello, que aprenderé a hablar fluidamente el alemán, que haré el esfuerzo sobrehumano de aguantar el francés, que me reiré de todos tus chistes, que dejaré de soñar despierto, que intentaré recordar los nombres de tus amigos, y que soportaré sus conversaciones, a pesar de que me parezcan barriles sin fondos de dramas y banalidades… Y si te prometo que aprenderé a bailar salsa y merengue, que seré más paciente, que no volveré a decir nada malo de Devendra Banhart, que haré un curso de cocina, que no te morderé muy fuerte a menos de que me lo pidas, que me acostaré temprano, que te mandaré todos los días mensajes inspirados para que los leas cuando despiertes, que dejaré de ser un cretino, que te esperaré aquí, o allá, o donde tu quieres que te espere, y que nunca, más nunca te volveré a responder con un “Quizás”… Y si te prometiera todas...